Origen pagano
En 1990, la junta escolar de Solon, Ohio (un suburbio de Cleveland) prohibió todas las escenificaciones de natividad y otras actividades navideñas en cualquier propiedad escolar, porque sentían que esto violaba la separación de iglesia y estado. Fueron desafiados en la corte cuando los padres indignados se opusieron, sintiendo que la Navidad les estaba siendo robada a sus hijos y a la comunidad. ¡La junta perdió el caso! La ciudadanía había argumentado que la Navidad era una tradición universal que no era parte de la religión, sino que la trascendía. La Navidad fue considerada como secular — parte de prácticamente todas las culturas del mundo.
¡La decisión de la corte afirmó que la Navidad no tiene raíces cristianas! Sin embargo, la opinión de la corte también hizo notar que la lectura de la Biblia y la oración sí están obviamente asociadas con el cristianismo — ¡una admisión extraordinaria! La corte concluyó que observar la Navidad y las escenificaciones navideñas podían permanecer porque no eran realmente parte del cristianismo, ni de la religión — sin embargo, la lectura de la Biblia y la oración, que sí son parte, ¡debían seguir excluidas de las escuelas!
Casi todos los aspectos de la observancia de la Navidad tienen sus raíces en la costumbre romana y en la religión. Considere la siguiente admisión de un gran periódico americano (The Buffalo News, 22 de noviembre de 1984): “La primera referencia a la Navidad que marcó el 25 de diciembre viene del segundo siglo después del nacimiento de Jesús. Se considera, de igual manera, que las primeras celebraciones de la Navidad fueron en reacción a la Saturnalia romana, un festival de cosecha que marcaba el solsticio de invierno — el regreso del sol — y honraba a Saturno, el dios de la agricultura. La Saturnalia era un tiempo de alboroto, al cual se oponían hasta los más austeros líderes en la aún minoritaria secta cristiana. Según dice un erudito, la Navidad se desarrolló como un medio para reemplazar la adoración del sol (del inglés sun) con la adoración del Hijo (del inglés son). [Nota: en inglés sol se traduce sun e hijo se traduce son; ambas palabras se pronuncian igual.] Para el año 529 d.C., después que el cristianismo se hubiera convertido en la religión oficial del estado en el Imperio Romano, el emperador Justiniano hizo de la Navidad una festividad cívica. La celebración de la Navidad llegó a su cúspide — algunos dirían que a sus peores momentos — en el período medieval, cuando se convirtió en un tiempo para consumo conspicuo y juerga incomparable”.
Considere estas citas de la Enciclopedia Católica, edición de 1911, bajo el título “Navidad”: “La Navidad no estaba entre los primeros festivales de la Iglesia… la primera evidencia de esta fiesta es de Egipto”. Además, “las costumbres paganas que se centran alrededor de las calendas de enero, gravitan alrededor de la Navidad”. Bajo el título “Día Natal”, Orígenes, un antiguo autor católico, admitió: “…en las Escrituras no se registra que alguien haya guardado una fiesta u ofrecido un gran banquete en su cumpleaños. Son sólo los pecadores (como Faraón y Herodes) los que hacen grandes regocijos del día en que vinieron a este mundo” (énfasis mío).
La Enciclopedia Americana, edición de 1956, añade: “La Navidad… no era observada en los primeros siglos de la iglesia cristiana, ya que la usanza general era celebrar las muertes de las personas notables, en lugar de su nacimiento… una fiesta fue establecida en memoria de este evento [el nacimiento de Cristo] en el siglo IV. En el siglo V, la iglesia occidental ordenó que la fiesta fuera celebrada en el día de los ritos del nacimiento del sol, y al cierre de la Saturnalia, ya que no existía conocimiento certero del día del nacimiento de Cristo”.
No hay lugar para error en el origen de la celebración moderna de la Navidad. Muchas fuentes adicionales podrían ser citadas y volveremos a esto más adelante. Comencemos a atar algunos otros hechos.
Pasaron 300 años después de Cristo antes que la iglesia romana celebrara la Navidad, y no fue sino hasta el siglo V que fue ordenada su observancia en todo el imperio, como un festival oficial en honor a “Cristo”.
¿Puede Cristo ser honrado con la Navidad?
La justificación más común que alguien escuchará respecto a la Navidad es que las personas han reemplazado las antiguas costumbres e intenciones paganas al afirmar que ahora se están “enfocando en Cristo”. He escuchado a muchos decir que están “honrando a Cristo” en su observancia de la Navidad. ¡El problema es que Dios no dice que esto sea aceptable para Él! De hecho, ¡ordena claramente en contra de ella! ¡Guardar la Navidad deshonra a Cristo! ¡Él considera todo lo relacionado con la Navidad como una abominación! Pronto veremos por qué.
Cristo dijo: “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mat. 15:9). La Navidad no es un mandamiento de Dios — es una tradición de los hombres. Cristo continuó: “Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición” (Marcos 7:9). Cada año, alrededor del mundo, el 25 de diciembre, ¡cientos de millones hacen justamente eso!
Veremos que Dios ordena claramente: “No sigáis el camino de los paganos”. Pero la mayoría de las personas no temen a Dios, y Él les permite que tomen sus propias decisiones. Los seres humanos son agentes con libre albedrío — ¡libres para obedecer o desobedecer a Dios! Pero ¡ay de aquellos quienes ignoren la clara Palabra de Dios!
¿Nació Cristo un 25 de diciembre?
Cristo nació durante el otoño del año. Muchos han creído equivocadamente que nació al inicio del invierno — ¡el 25 de diciembre! ¡Ellos están equivocados! Note Adam Clarke Commentary (Comentario de Adam Clarke), volumen 5, página 370, edición New York: “Era costumbre entre los judíos enviar sus ovejas a los desiertos cerca de la Pascua [a principios de la primavera], y traerlas a casa al inicio de la primera lluvia”. Las primeras lluvias comenzaban a inicios o mediados del otoño. Continuando con la misma cita: “Durante el tiempo que estaban fuera, los pastores las vigilaban día y noche. Cuando la primera lluvia comenzó, temprano en el mes de March–esvan, tiempo que corresponde a parte de nuestro octubre y noviembre [comienza en algún punto de octubre], encontramos que las ovejas eran mantenidas fuera, a campo abierto, durante todo el verano. Y puesto que los pastores aún no habían llevado a sus rebaños a casa, se presume que octubre aún no había comenzado, y que, por consiguiente, nuestro Señor no nació el 25 de diciembre, cuando no había rebaños afuera en los campos. Él tampoco pudo haber nacido después de septiembre, puesto que los rebaños aún estaban en los campos por la noche. Sobre esta base, la natividad en diciembre debe ser abandonada. La alimentación de los rebaños por la noche en los campos es un hecho cronológico… vea las citas de los Talmudistas en Lightfoot”.
Lucas 2:8 explica que cuando Cristo nació: “En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche” (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy). Note que ellos “estaban” en el campo. Esto nunca sucedió en diciembre. Tanto Esdras 10:9-13 como Cantares 2:11 muestran que el invierno era la temporada lluviosa y que los pastores no podían permanecer en los fríos y abiertos campos por la noche.
¡Numerosas enciclopedias afirman claramente que Cristo no nació el 25 de diciembre! La Enciclopedia Católica confirma esto de manera directa. ¡Con toda probabilidad, Cristo nació en otoño! Una larga explicación técnica probaría este punto.
Puesto que ahora ya sabemos que el 25 de diciembre no era siquiera cercano a la fecha de nacimiento de Cristo, ¿de dónde se originó el festival asociado a esta fecha?
Ahora lea esta cita bajo el título “Navidad”: “En el mundo romano, la Saturnalia (17 de diciembre) era un tiempo de algarabía e intercambio de regalos. El 25 de diciembre también era considerado como la fecha de nacimiento del dios iraní Mitra, el Sol de la Justicia. En el año nuevo romano (1 de enero), las casas eran decoradas con verdor y luces, y regalos les eran dados a los niños y a los pobres. A estas observancias se sumaban los ritos navideños germánicos y celtas, cuando las tribus teutónicas penetraron en Galo, Bretaña y Europa central. La comida y el buen compañerismo, el tronco navideño y el bizcocho de Navidad, el verdor y los abetos, los regalos y saludos, todos conmemoraban diferentes aspectos de esta temporada festiva. Fuegos y luces, símbolos de calidez y fuego duradero, siempre han sido asociados con el festival invernal, tanto pagano como cristiano” (Enciclopedia Británica, 15ª edición, Vol. II, p. 903).
Una cita final acerca de la selección del 25 de diciembre como la fecha de nacimiento de Cristo se hace necesaria. Note un artículo en The Toronto Star (La estrella de Toronto) de diciembre de 1984, por Alan Edmonds, titulado “Les debemos mucho a los druidas y a los holandeses”, éste dice: “La Reforma le causó daño a la Navidad. Para entonces, por supuesto, los astutos políticos eclesiásticos ya habían adoptado el festival pagano a la mitad del invierno como el supuesto natalicio de Jesús de Nazaret, y habían incorporado algunas otras deidades paganas para hacer más apetecible su toma de poder”.
El 25 de diciembre no fue seleccionado porque fuera el nacimiento de Cristo, o porque fuera siquiera cercano a éste. Fue seleccionado porque coincidía con el festival pagano idólatra de Saturnalia — y esta celebración debe ser examinada cuidadosamente. En cualquier caso, no sabemos la fecha exacta del nacimiento de Cristo. Aunque Dios ciertamente pudo haberla dado a conocer, ¡Él eligió esconderla de los ojos del mundo!
¿Quién fue Saturno?
Citas previas presentaron el tema de la Saturnalia. Estudiemos de manera cuidadosa quién fue exactamente Saturno. Considere la siguiente cita de otro gran periódico americano, The Democrat and Chronicle, Rochester, Nueva York, diciembre de 1984: “El festival romano de Saturnalia, del 17 al 24 de diciembre, movía a los ciudadanos a decorar sus hogares con verdor y luces, y a dar regalos a los niños y a los pobres. El festival del 25 de diciembre, natalis solis invicti, el nacimiento del sol invicto, fue decretado por el emperador Aureliano en 274 d.C., como una celebración del solsticio de invierno, y un tiempo (después)… fue cristianizado como una fecha para celebrar el nacimiento del Hijo de Luz”.
El Dr. William Gutsch, presidente del Museo Americano de Historia Natural — Planetario Hayden, confirmó el nombre original de la Navidad con esta cita del 18 de diciembre de 1989, en un periódico de Wetchester, Nueva York, The Reporter Dispatch:
“Los antiguos romanos no estaban celebrando la Navidad, sino más bien, un festival pagano llamado Saturnalia. Éste ocurría cada año, cerca del comienzo del invierno, o en el solsticio de invierno. Este era el tiempo que el sol había tomado su curso más bajo a través del cielo y en el cual los días comenzaban a hacerse más largos, asegurando así otra temporada de crecimiento”.
“No obstante, si muchas de las trampas de la Saturnalia parecen paralelas con lo que tantos de nosotros hacemos hoy, podemos ver de dónde tomamos… las tradiciones de nuestras festividades. Y, verdaderamente, se ha sugerido que aunque Cristo no nació a finales de diciembre, los antiguos cristianos — todavía una secta ilegal en aquel tiempo — movieron la Navidad al tiempo de la Saturnalia para atraer la menor atención posible hacia sí mismos, mientras celebraban su propia festividad”.
La Saturnalia, por supuesto, celebraba a Saturno — el dios fuego. Saturno era el dios de la agricultura (la siembra) porque el calor del sol era requerido para permitir la siembra y el crecimiento de las cosechas. También era adorado en este festival de invierno para que regresara (él era el “sol” — recuerde “sun”) y diera nuevamente calor a la tierra para que la siembra de primavera pudiera ocurrir. El planeta Saturno fue nombrado posteriormente en honor a él, ¡porque entre todos los planetas, con sus anillos y color rojo brillante, representaba mejor al dios del fuego!
Virtualmente cada civilización tiene un dios del fuego/sol. Los egipcios (y algunas veces los romanos) lo llamaban Vulcano. Los griegos lo llamaban Cronos, al igual que los fenicios — pero ellos también lo llamaban Saturno. Los babilonios lo llamaban Tamuz (como Nimrod, resucitado en la persona de su hijo), Moloc o Baal (como lo llamaban los druidas). Todos estos eran simplemente los diversos nombres de Nimrod. Nimrod era considerado el padre de todos los dioses babilonios.